Hay personajes a los que da gusto rescatar del olvido. Eduardo Soler y Pérez (1845-1907) es uno de ellos. A él y a unos pocos más debemos el que nuestros colegios y universidades empezaran a programar excursiones educativas.
Aunque es imposible hablar de paternidad en las ideas, sí es posible hablar de quiénes fueron los primeros en practicarlas. Soler fue de los primeros en incluir en su docencia las salidas por la naturaleza y por los paisajes humanos. Lo hizo además entre estudiantes universitarios, a los que en teoría se presumía interesados en cosas más técnicas. Hubo algún curso en que organizó hasta doce excursiones. Intelectuales como Azorín o Sarthou Carreres conocieron sus actividades y aplaudieron su compromiso.
Eduardo Soler y Perez había nacido en la localidad alicantina de Villajoyosa. Estudió leyes en Valencia y Madrid e inició una carrera docente en la Universidad. Podría haber tenido una trayectoria tranquila si no fuera por los acontecimientos políticos que le tocó vivir. La España de Isabel II, de mediados del siglo XIX, había discurrido por unos cauces liberales en lo económico pero restrictivos en lo educativo y en principios como la igualdad o la libertad de oportunidades. En materia educativa se discutían los programas, el protagonismo religioso y el acceso a la formación.
Contra este sistema estalló la Revolución de 1868, de carácter popular y social, dando inicio al llamado “Sexenio Democrático” (1868-1874). El problema de este sexenio fue el exceso de acontecimientos a que dio lugar (cambio de monarca, Primera República, la tercera guerra carlista, revueltas cantonales, movimiento obrero…), que acabaron provocando una nueva reacción conservadora en la llamada Restauración con la proclamación de Alfonso XII en 1874. Esta vuelta al conservadurismo supuso la persecución de aquellos profesores que seguían propugnando una enseñanza más igualitaria: un Decreto de 1875 suprimió la libertad de enseñanza y de cátedra y supuso la expulsión de un buen número de catedráticos de la Universidad, entre ellos Soler.
Estos docentes se unieron entonces al año siguiente -1876- fundando la Institución Libre de Enseñanza. Encabezados por Giner de los Ríos acogieron las ideas europeas del krausismo basadas en la potenciación del individuo. La experiencia de la Revolución de 1868 les hizo ver que la verdadera revolución social sólo podría triunfar desde abajo mejorando al individuo a través de una educación plural y abierta. Era preciso despertar en el niño sus propias capacidades, dejarle razonar y sacar lo mejor de sí, ofrecerle lo mismo fuera niño o niña en pro de la mujer, organizar cursos preparatorios y actividades complementarias para compensar la desigual formación previa, etc.
Entre estas ideas se incluían las de convivencia entre maestros y discípulos, las excursiones y el contacto con la naturaleza como estímulo a la curiosidad y la observación directa como fuente de reflexión.
La Institución, no obstante, acabó abriéndose paso y a los pocos años, en 1881, Eduardo Soler y Perez pudo recuperar su papel en la Universidad, ocupando desde 1884 una cátedra de Derecho Político y Administrativo en Valencia. Allí pudo poner en práctica sus ideas sobre las actividades en la naturaleza, que servirían de inspiración a muchos docentes. En algunos casos pudo compartir actividades con su hermano Leopoldo, fotógrafo, pintor y también miembro de la Institución en la que fue tesorero. Nos han quedado importantes testimonios de aquellas marchas al aire libre y reportajes (de Valencia, Andalucía, Cataluña, el cañón del Júcar, el río Mundo…).
El paisaje había sido objeto de estudio por el fundador Giner de los Ríos, considerándolo expresión de un orden natural del que extraer conclusiones y un tesoro de conocimientos y cultura; planteaba multitud de perspectivas que confluían en una solución armónica aparte de ser saludable, alegre y plenamente humano.
Eduardo Soler siguió preocupándose hasta el final por los estudiantes, pues legó una finca de su propiedad en la Sierra de Aitana alicantina para que los pueblos de Villajoyosa y Relleu organizaran una colonia infantil. Todo un personaje al que recordar.