Sorteo del Niño

La Lotería del Niño y la Pediatría española

Sorteo del NiñoLa Lotería del Niño tiene que ver con los niños mucho más de lo que parece.

  Sabemos que es un sorteo celebrado el 6 de Enero que, por seguir al Extraordinario de Navidad, suele considerarse como el hermano pequeño de éste. Se llama “del Niño” pues coincide con la festividad de los Reyes Magos. Los que no han tenido suerte en el Sorteo de Navidad del 22 de Diciembre, esperan tener mejor fortuna en el del día 6. Así, mientras lo niños ya disfrutan con sus juguetes de Reyes, los mayores aún esperan su premio en forma de boleto.

  El carácter de sorteo menor frente al de Navidad deriva también de ser posterior en el tiempo. Mientras el sorteo de Navidad procede de las Cortes de Cádiz de 1812, el del Niño apenas tiene oficialmente unos setenta años, pues fue instaurado en 1941 para aligerar los estragos de la post-guerra civil española. Fue una iniciativa del Director de Timbre y Monopolios, Fernando Roldán, quien al ver el éxito obtenido decidió convertirlo en sorteo anual en 1942. Ha sufrido varias alteraciones, pasando por ejemplo del sistema de dos bombos al de varios, o pasando del día 5 de Enero al 6 a partir de 1999.

  Pero si rastreamos un poco, veremos que el origen del sorteo del Niño puede retrotraerse algunas Duquesa de Santoñadécadas más en el tiempo. Según investigaciones de Gabriel Medina Vílchez, el evento fue una idea de la duquesa de Santoña puesta en práctica a comienzos del último tercio del siglo XIX. María del Carmen Hernández y Espinosa de los Monteros –que así se llamaba la citada- había nacido en Motril (Granada) en 1828. Su segundo marido fue un banquero de Madrid afín a la corte de Alfonso XII y nombrado en su día duque de Santoña.

  Doña Carmen desplegó una intensa labor asistencial, en una época en la que los vaivenes políticos aún no habían consagrado el sistema de Estado social, incluida la infancia, lo que significaba que muchos niños sin medios quedaban sin instrucción y sin cuidado sanitario salvo por la caridad de particulares o de entidades religiosas. Promovió numerosas iniciativas, tales como la Asociación Nacional para la Fundación y HospitalSostenimiento de Hospitales de Niños, y fruto de ella el Hospital del Niño Jesús, en Madrid. Inicialmente se construyó un edificio de unas siete salas con diez camas cada una, en la calle Laurel, allá por 1870. Para atender los continuos gastos que ocasionaba, Doña Carmen ideó un sorteo que denominó Rifa Nacional del Niño, inspirándose en el nombre del Hospital y en los destinatarios de la ayuda. El rey Alfonso XII protegió este sorteo por un Decreto de 20 de Julio de 1877, eximiéndole del impuesto del 4% que gravaba las rifas.

  Gracias en parte al sorteo, el Hospital pudo progresar. Entre 1879 y 1881 se construyó un nuevo edificio en la calle Menéndez Pelayo nº 65, junto al Parque del Retiro, de Madrid. Se dotó al edificio de un realce a la altura de sus objetivos, encargando su diseño al arquitecto Francisco Jareño, (autor de otros edificios como el de la Biblioteca Nacional o el Museo Arqueológico) quien realizó una obra neomudéjar muy premiada en certámenes europeos; se cuidaron los detalles, como en la capilla Niño Jesúsdel Hospital, cuyas vidrieras se encargaron a la Casa Mayer, de Munich, de la que también hay muestras en una escalinata del Banco de España.

  Pero lo más importante fue el plantel sanitario con que fue dotada. En su época no existía la pediatría como tal especialidad, sin embargo la fundadora promovió un sistema muy bien organizado y orientado exclusivamente a los niños desprotegidos. Se comenzó con especialistas de medicina, cirugía y oftalmología, para Placapasar después a todas las ramas sanitarias. Desde un inicio ya se atendían 120 niños al día. Así, por ejemplo, contó con Manuel Tolosa Latour, promotor de la Ley de Protección a la Infancia, o con Mariano Benavente a quien se considera propulsor de la Pediatría Epañola como especialidad. Desde el Hospital del Niño Jesús se impulsaron publicaciones como la Revista de Enfermedades de los Niños, el Archivo de Medicina y Cirugía de los Niños, la revista La Pediatría Española, y otras como La Madre y el Niño, o la Revista de Higiene y Educación. Así pues, parece que jugar a la Lotería del Niño fue más beneficioso para los niños de lo que imaginamos. Algo le debemos todos.


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