Nancie Atwell, la mejor profesora del mundo
Entre las noticias de estos días nos ha sorprendido la de un premio calificado como el “Nobel de la Enseñanza 2015”.
El premio, llamado realmente Global Teacher Price y otorgado por la Fundación Varkey, ha recaído en la profesora estadounidense Nancie Atwell por su gran labor educativa. Entre sus méritos se cita el haber conseguido que sus alumnos lean unos 40 libros al año en lugar de los 6 o 7 habituales. Su fórmula es permitir que los alumnos elijan los libros en lugar de asignarles un listado frío con el que no se identifican.
Podemos ampliar algunas cosas sobre dicha profesora y sobre el premio. Atwell es una docente de trayectoria amplia y reconocida. Ha escrito numerosos libros de pedagogía -entre los que destaca In the Middle– en los que presenta un ideario relativamente vanguardista sobre la lectura: los niños no leen no porque no les guste la lectura sino porque no les interesan los libros que les ofrecemos. Partiendo de que los niños son de por sí curiosos, considera imprescindible aprovechar esa curiosidad dejando que los niños se sientan protagonistas de su lectura, buscando por sí mismos los libros que les interesan y demostrándoles como adulta que vale la pena escucharles. Así pues, no sólo consiste en dejarles leer lo que quieran sino en acompañar esa medida con otras como rodearlos de multitud de libros (una especie de “navegar por la biblioteca” como si fuera Internet), hacerles exponer sus conclusiones, ejercitarlos en hablar en público, respetar sus juicios…
Atwell cuenta que ella no era precisamente una niña lectora, pero que se aficionó durante una enfermedad que la mantenía en cama aburrida, siendo ahí cuando descubrió que leer podía ser divertido. Se hizo profesora y en 1990 fundó el CTL (Centro para la Enseñanza y el Aprendizaje), en Edgecomb (Maine, EEUU), donde desarrolló sus criterios. Hoy su labor es continuada por su hija Anne Atwell-McLeod con igual dirección.
El modelo de Nancie Atwell coincide plenamente con la orientación de la Fundación Varkey, lo que explica la concesión del premio. Sobre éste lo primero que hay que aclarar es que no tiene relación con los verdaderos Nobel. En éstos, y aunque a veces parezca que hay un Nobel para cada disciplina, los hay sólo para unas pocas materias. La Fundación Varkey pretende elevar la Educación a un mismo nivel a escala mundial y lo cierto es que, aunque sea la primera vez que se otorga, su Global Teacher Price tiene visos de lograrlo no sólo por su dotación (un millón de dólares) sino por su alcance universal: los aspirantes pueden pertenecer a cualquier país del mundo; esta vez han sido unos 5.000 los candidatos, pertenecientes a 127 países; entre los diez finalistas los había de Afganistán, India, Estados Unidos… Y entre los 50 mejores ha figurado el español César Bona.
La entidad promotora refleja el ideario de su fundador Sunny Varkey, nacido en India (1957) pero afincado desde muy pronto en Dubai, donde sus padres ejercían la docencia. Varkey es un incansable defensor de un modelo educativo que impulse los aspectos humanistas y filantrópicos, y que incluya la felicidad y la empatía entre sus objetivos. Sus ideas inspiran todo un entramado de escuelas en las que ha implantado su Global Education Management Systems (GEMS), inicialmente en Asia y Africa y hoy también en países occidentales, contándose más de 130 centros. La Fundación, creada en 2010, es una extensión de esta labor filantrópica reconocida actualmente por la Unesco al nombrar a Varkey como Embajador de Buena Voluntad.
Sus premios no se fijan necesariamente en el renombre de los profesionales sino en la autenticidad de su labor. En el caso del español César Bona, profesor del Colegio Público Puerta de Sancho, de Zaragoza, se ha tenido en cuenta su labor creativa y sugestiva: ha conseguido motivar a sus alumnos con ideas tales como crear una protectora de animales (“El Cuarto Hocico”), o realizar una película de cine mudo. Nuestra enhorabuena a estos profesores.