Lisi Harrison, creadora de las Monster High
La primera vez que vi una imagen de las muñecas Monster High me dio la sensación de estar ante un producto diseñado para tener mucho éxito pero durante un tiempo breve, posiblemente dos o tres temporadas.
Esa impresión derivaba no tanto de las muñecas en sí como del resto de referencias del mercado con las que tendería a emparentarse, compararse o competir. La saga Monster High encajaba perfectamente en el hueco dejado por otros iconos juveniles; era gótica como “Crepúsculo”, pero con un toque humorístico y nada siniestro; tenía un componente “sobrenatural” como Harry Potter, pero su escenario escolar era mucho más familiar sin la necesidad de una dimensión aparte; tenía el atractivo estético de la muñeca Barbie pero formaba una red de personajes mucho más rica; tenía reminiscencias de las muñecas Bratz, pero sus caracteres eran mucho más complejos.
Para quien no lo sepa, Monster High es un centro docente (Escuela Secundaria Monster), en el que estudian una serie de chicas que son hijas de monstruos famosos. Frankie Stein es hija de Frankenstein, Draculaura de Drácula, Clawdeen Wolf del Hombre-Lobo, Cleo de Nile es hija de la Momia, Lagoona Blue lo es del monstruo marino y Ghoulia Yelps es hija de zombies. Tampoco falta un chico, Deuce Gorgon, que es hijo de la Gorgona Medusa. En ese instituto los “freaks” se relacionan en un mismo plano con los “normis”, es decir, con jóvenes normales. Las situaciones que se crean entre ellos, sus secretos, amores y aventuras son la base sobre la que gira el mundo Monster High, el cual se nos muestra como un microcosmos bien construido y con sentido propio lo que constituye quizá el origen de su atractivo.
Si empezamos a analizar el trasfondo de dicho microcosmos, nos daremos cuenta de que su diseño es más denso de lo que parece, y de que su responsable es una mujer, Lisi Harrison, que lo es todo menos una recién llegada a este mundo de historias juveniles.
Y es que, si bien Monster High es hoy una gama de muñecas (principalmente chicas, con alguna excepción masculina), una película, un vídeo musical, una serie on-line y una línea de moda, antes que todo eso fue un libro, o mejor, una serie de libros. La habilidad y la solvencia del grupo Monster High se explica si miramos sus antecedentes y descubrimos que esta serie no es algo improvisado sino que es la tercera experiencia de una escritora estadounidense de origen canadiense nacida en 1970, Lisi Harrison (de soltera Gottlieb) que ya ensayó un modelo semejante en otras series literarias de gran éxito, The Clique y The Alphas. La primera de estas series (2004-2008) trata de un conjunto de cinco chicas que componen una especie de “Jurado de la Belleza” y aborda elementos que encontraremos después en las Monster High, como son el liderazgo en los grupos, las relaciones de poder, la comunicación, la necesidad de integración, la búsqueda del “yo” en la edad juvenil… En The Alphas (2008-2010) repite algunos de estos rasgos con el escenario de la Alpha Academy y el añadido de la danza.
Lisi Harrison es pues una escritora experta en abordar las relaciones de grupo entre jóvenes, sus necesidades y su intento de diferenciarse al tiempo que buscan la aceptación y el éxito. Es además una apasionada de la estética como se aprecia no sólo en la temática de sus obras sino en su propia imagen a través de sus ediciones en papel y su presencia en Internet, lo que le asegura una conexión fácil con el público femenino. Es madre de dos hijos con lo que no corre el riesgo de desconectar del gusto de los más jóvenes, y –por último- conoce perfectamente los resortes editoriales para saber acertar con lo que llama la atención. No nos atrevemos a augurarle una carrera semejante a la de una Joanne K. Rowlling o una Enid Blyton, pero sin duda alguna es un nombre que merece la pena apuntarse.